A la sonrisas
Sonrisas al caminar, de esas que te salen y no sabes que las esbozas.
Esbozadas casi de la misma manera que cuando se produjo por ese motivo. Solo que ahora mantienes la mirada fija en un sitio pero sin mirar a ningún lado. Solamente hacia adentro.
Más bien las veo más auténticas, profundas y de esas que hacen que nuestros ojos parezcan más pequeñitos.
De esas que cuando nos preguntan que porqué nos reímos, nos provoca timidez, movemos las manos rápido para dar a entender de que no es nada, o que no lo entenderían, y, a la vez, seguimos manteniendo la mirada opuesta a la de la otra persona.
Lo interesante es que tras todo el revuelo de manos, de desvío de mirada, y de movimiento de sentimientos, son sentimientos que ni por mucho aire que te de, ni calor que dilate los poros, ni agua que refresque, ni por nada de nada se evaporarán porque están dentro de tí, de tu persona, y de nadie más. Porque las maneras de vivir las sonrisas son personales e intransferibles hasta que, estando a tu lado alguien...empiecen a sonreír sin motivo. Y tú , sin ninguno tampoco sonrías porque que te regalen una sonrisa que aunque no sea personalizada, es grande solo por haberse esbozado.
1 comentario:
esas sonrisas no nos la qitara nunca nada ni nadie!!
eres demasiado grande!!
tqiero sis!!=)
Publicar un comentario