lunes, 6 de junio de 2011

...según Maud Ellmann, que se alimenta de Kristeva, la palabra escrita substituye a la comida, mientras que la hablada es demasiado etérea para alimentarnos. Es revelador, dice Ellmann, que devoremos libros, no discurso hablado, y que leamos y no que oigamos verozmente. Esto significa, escribe, que la expresión de la palabra requiere la represión de la carne, de lo que se sigue que el hambre física es un pre-texto deseable porque si el hambre se sacia, el deseo de escritura desaparece- Nieves Pascual
Este rengloncito ha sido sacado de un artículo de mi profesora favorita y más incomprendida por la mayoría de los estudiantes de la UJA. La más incomprendida, pero interesante; amante del análisis de las mujeres, irónica, cortante...pero para mí la que más se merece ser analizada al 200%.
La verdad es que a mí me sabe mejor, me alimenta y me llena más un papel con cuatro letras que las palabras llenas de insipidez con las que a veces decimos las cosas por vergüenza u otras cosas. No me importa que no le pongan voz a dos frases porque para eso estoy yo...para leerlo con el tono, la dulzura o desazón con el que huelo que lo escribes. Sin sonidos, solo con el aroma con el que se escriben las cosas.