jueves, 6 de octubre de 2011

Hide and show

De pequeños, cuando nos gustaba algún niño, nos limitábamos muchas veces  a no hablarle, a sonrojarnos, a incluso pegarle, o a decirle a una amiga que le escribiera en un papelito que nos gusta.

Me paro a pensar y...uf! es que toda la vida ocultamos sentimientos. De vez en cuando nos envalentonamos, pero siempre habrá un momento en que se oculte un sentimiento bueno o malo.

Ejemplo universal: Una pareja comienza a conocerse, y según las reglas del cortejo, empezamos a mentir cuando no decimos que nos morimos por vernos. Le sigue la regla de ocultar el "te quiero" que cambia definitivamente la relación a seria. Puede ser que no lo sientas claramente pero...sin saber porqué mientes y contestas "yo también".Evidentemente hay quien no puede hacerlo porque si no lo siente, no lo dice...pero alguien habrá caido.
  Sigue la relación, ambos se quieren, pero si hay cierta inseguridad, nos lo callamos hasta que sea inevitable tomar una decisión. Sin embargo, si va demasiado bien, tampoco salir tan libremente eso de querer dar un paso adelante y empezar a dividir seriamente cosas...cosas que son mías pero que quiero compartir contigo. O cosas que quiero empezar contigo pero...me cago. Es que me cago y no te lo puedo decir.


Si tristemente la relación no funcionara por lo que fuera, como puede ser que increíblemente sea tan perfecta que algo falle (no es tan raro; la distancia,por ejemplo, hace estragos), de nuevo...nos callamos.
Nos callamos de cara al público, pero por dentro no paramos de hablar con nosotros mismos intentando saber cómo decir que todavía hay algo. Si lo decimos puede pasar que respondan bien, pero hay otro 50% en el que me puedo romper en trocitos. En trocitos más o menos grandes y más o menos flexibles. Los contras y el miedo pesan más, por lo que creeremos que será mejor no dar un giro tan arriesgado por no perder lo que hay.
Pero de alguna manera u otra, lo podrán ver. Van a saber que mientras sigamos ahí, lo van a desmantelar. Está conectado con nuestro corazón. Se filtrará por la piel. Me tocarás y me helaré por fuera.


Únicamente tendrás que esperar a si te quiero hacer participe al 100% con toda la intención. Mientras tanto, es mío...oculto, pero mío completamente.

Tiene gracia que todo esto sea por temor a algo y por orgullo. Nacemos con ese orgullo para protegernos del daño. Estúpido orgullo. Genial amigo que nos protege. Estúpido por hacernos egoístas. Genial por...no lo sé. Sé que el orgullo es una estupidez en muchas ocasiones, pero en otras, es nuestro mejor aliado.


lunes, 3 de octubre de 2011

Es verdad...

La esperanza es lo último que se pierde....

Verdad...que eso ayuda a hacerlo todo más fácil de llevar, más agradable...si, definitivamente es un buen arma.

Pero, como hoy le decía a mi Mierda favorita, ¿es demasiado estar preparado para cualquier cosa que pueda pasar? Cualquiera diría que sí,pero dar el beneficio de la duda a algo evidente por parte cercano, debe no caer muy bien. Estar preparado para que algo malo ocurra entre un amigo muy cercano y tú, pica.

Eso sí, te rascarás menos si andas preparado a afrontar que las cosas se dividen en un 100% y que solo un 50% es probabilidad positiva. El resto, tristemente es un desagradable 50%.

Dicho esto, quiero recalcar que esta teoría basada en la experiencia de muchos no quita que el presente no se viva como cada uno quiere y se disfrute. Como siempre digo, hay que vivir y mientras se vive, no preguntarse el "y si...",porque eso condiciona. Lo que hay que hacer es tener la inteligencia de, una vez que la acción negativa sea sufrida, nuestro cuerpo reaccione inteligentemente con un "lo sabía", con una cara de listilla, y que no nos afecte como no nos merecemos.

Esta entrada podría ser mejor elaborada, ¿verdad Rosa?Pero es un tostón si no estás tapeando :P