miércoles, 3 de agosto de 2011

a tí, sabes quien soy.



Insisto en no encontrar a nadie, y en querer encontrarlo todo.
Insisto en la soledad, pero en ser compañía de todos.
Insisto en hacer como que soy sencilla,y para los demás me defino a mí misma por la sencillez.
Insisto en seguir queriéndome formar fuera, con otras culturas, cuando a la vez insisto en que la mía es de las mejores.

Todas estas son mis contradicciones.
Afortunadamente o con menos fortuna, a mi parecer nos pasa a todos.

Salimos por la puerta de la casa y sin darnos cuenta activamos el modo social -yo creo que lo activo demasiado, como dirían algunas insociables-. Cuéntame lo que te pasa, lo que te asusta y te da seguridad, lo que te cae simpático y lo que te saca de quicio. Cuéntame que te enfrentas con tu familia por la manera de ver las cosas, porque sin querer vemos el mundo de manera sincronizada y no como el de los padres. Gracioso, porque la razón la tienen los padres la mayoría de las veces porque, aunque no lo queramos ver, la experiencia de los padres en algunas cosas es la hostia.

Te voy a entender. Voy a ver tu punto de vista. Te voy a sonreír. Te voy a animar. Mimar. Te voy a llamar para preguntarte cómo sigues. Le daremos vuelta a las cosas juntos si quieres, aunque odie indagar en la hecho. Voy a ver siempre, siempre, siempre, lo positivo de lo negativo. Me voy a irritar si te estancas por estancarte... sin motivo.

Sólo prométeme que vas a ser receptiva, que cuando te mires en el espejo te vas a aplicar todo lo que arriba has escrito y no solo lo harás con los demás. Prométeme que te valorarás a tí misma como valoras lo que aportas a los demás. Que te aportarás ilusión, ganas de saludar a gente y que no vas a necesitar tantísimas escapadas para que te mimes a la personita que reflejas en el espejo de tu cuarto. Déjame escuchar que no te desilusiona que haya gente que no merece la pena que te juzga por querer avanzar como persona y por lo que eres. Tampoco te vas a obsesionar con la idea de que eres simple de narices y que la gente te ve más complicada de la cuenta. Hazme ver que no tienes dependencia a quererte conforme eres. Que solamente te quieres por tu habilidad de querer y que nunca te has parado a pensar en que te quieres porque siempre lo has hecho sin darte cuenta. Siempre te recordaré que Vivas a más no poder y que te embadurnes en vaselina para que no te estanques porque se te olvidó ser positiva ante todo. Sé inteligente y quiérete, Mimi. Yo no soy solamente tu alter ego, soy TÚ misma ahora, porque eres tú quien está escribiendo esto. Eres tú quien lo esta transmitiendo a través de la conexión corazón-mente-manos-ordenador para convencerte de que te lo sabes de sobra. Ponte en práctica a tí misma.

Pero no te olvides que siempre estaré aquí para atenderte; nadie como yo te va a entender y...eso, amiga mía, es un tesoro saber que te valoras un poquito y que me escuchas por dentro.

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