Fin de etapa sindicalista.
En este año entero en este enriquecedor trabajo, me veo obligada a reflexionar sobre ello.
Entré novatísima, daba hasta vergüenza que ni supiera lo que era ser un "liberado". No sabía rellenar papeles donde ponía "Junta de Andalucía" y me daba miedo equivocarme por no saber hablar. La gente de la calle me decía que estaba genial que me metiera en un sindicato, pero, a la vez, criticaban muchas cosas de éste y, a veces, con muy poca idea.
Me limité a observar, escuchar, aprender. No me enteraba del todo aunque mi trabajo es simple, pero muy complejo a la vez. Duro. Tienes que estar dispuesta a hacerte más de 300km al día en coche solamente para que te digan que ni tú ni tus compañeros estáis bien vistos porque en Madrid se firmó una reforma contra la que muchos no estaban de acuerdo y no se manifestaron. No estaba yo en esa fecha por Jaén, ni si quiera me enteré hasta que me lo dijo Cinta, del departamento Filología Inglesa, que me puso al día y justificó así la ausencia de Jesús López- Peláez. También no ha hecho falta que viaje dentro de la provincia para que me trataran mal por llevar una camiseta de una manifestación que solamente favorecía a los españoles. La gente no tiene ni puta idea de nada. Yo tampoco, pero hago por entender las cosas. Aún así, ¿es justo que me tuviera que cambiar una camiseta para que me dieran de comer? ¿en serio? Lo hice, pero solo yo se el porqué. No lo denuncié y sin embargo lo conté como una anécdota.
Me han hecho proposiciones indecentes en elecciones sindicales de ayuntamientos, y me han piropeado hasta cuando tenía los ojos hinchados. También me han invitado a salirme de una cochera de una empresa de autobuses aprovechando la cuyuntura de que soy mujer, joven, y de que la gente se deja vender por estúpidas e inverosímiles promesas.
He visto como un puto bóliz/roñinera/agenda/calendario de papel han comprado un voto. He visto como convencían a la gente para conseguir número de delegados a nivel autonómico que me daban ganas de vomitar. También cómo jugaban con la ilusión de una familia pobre cuyos componentes estaban todos en paro. Lo peor y que nunca se me olvidará, es que el caciquismo no quedó en el pasado, si no que hoy en día ser un explotador, estúpido y avaro está a la orden del día si tienes cierto poder. No importa que antes de entrar en la alcaldía fueras número uno sindicalista del mundo mundial.He visto que la gente tiene MIEDO. Que se agarran a un clavo ardiendo por tener algún dinero para sobrevivir. Que aguantan carros y carretas por mantener un trabajo. Triste.
Pero no solo he visto eso, también he visto que la gente prefiere cobrar el paro a que les den de alta para trabajar.
Me han intentado marear con palabrería, y también querían los de otros sindicatos tratarme como una niña chiquitita y hacerme ver las cosas desde su punto de vista (todo siempre con un tono asqueroso de soberbia y pedantería). Claro, la niña chica tenía que rellenar papeles, ellos solo tenían que corregir las cosas que había hecho bien por quedar por encima aunque tuvieran que reconocer su error con la boca chiquitita.
Pero os aseguro que no me fío de nadie ya, y que todo el mundo va a su puñetera bola y se mueve por su propio interés.
Algunos dicen que me ha cambiado el carácter a peor y no sé si decirles que sí porque no lo sé. Creo que mi manera de ser es la de siempre pero con 26 años, cosa que añade algo de seriedad en lo que hago (es cierto ja,ja). Pero supongo que este trabajo me ha abierto lo ojos y me ha endurecido algo el carácter.
He aprendido una barbaridad sobre muchas cosas, pero...lo mejor, que tengo unos amigos que son unos fenómenos y me han mimado hasta tal punto que me han subido el autoestima más que nadie. No hay día que no me digan que me van a echar mucho de menos, ni ninguno que me haya ofrecido su ayuda en su sector si necesito algo. Eso compensa todo.
Ha merecido la pena totalmente este trabajo, por muy mal que lo haya pasado.Estoy convencidisíma...aunque en mi CV unas siglas aporten inseguridad al contratante y sea mejor que no incluya esta experiencia en mi vida laboral aunque no tenga ni puta idea de otra cosa que no sean elecciones sindicales.
En fin...ahora es tiempo de dedicarme a lo mío, o...por lo menos de intentarlo. No he sufrido tanto para nada :)
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