Cuando tienes 15 años y te envalentonas y te da igual si escupes fuego o no, te crees el mejor porque has roto las reglas. Gritas, insultas, faltas al respeto, te inervas, pegas porrazos...y encima nos creemos que estamos en el derecho de hacer todo eso y cuanto peor, más guay somos. Y si el orto responde igual, mejor que mejor.
Hoy no voy a dejar que una persona de más de 30 años me trate como si tuviera 15 años y se vea en el derecho de hacer todo eso. En su día no le enseñaron a ver más allá de su experiencia, y le está jugando una mala pasada.
Dejar el trabajo y huir porque no soporto su manera de ser no me parece lo mejor, y me parece que voy a ser yo la que le enseñe a respetar, ayudar, entender, y a echar una mano cuando hace falta. Total, no somos todos iguales...pero lo que más me gusta es que seré capaz de darle ejemplo sin hacer nada, solo ser yo...y escoger la ocasión para ponerme una vez colorada, recoger lo sembrado para mi experiencia, e irme con la cabeza bien alta.
Aunque, como diría Wilde:
" La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores."
1 comentario:
lo importante es saber quien ers tu. y tengan diez,veinte o treinta,nadie se merece un mal trato,mierdota.
un besito,te quiero
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