sábado, 19 de junio de 2010

Dolce & Cabbana


Hoy he visto en una graduación de psicología a un hippie graduándose.
No creo que haya pasado desapercibido, desde luego.
Además de ser alto, es delgado con barba,rastas, y de tamaño de cabeza generosa debido a su delgadez. LLevaba pantalón y camisita de color crudo,zapatos marrones y ligereza al andar.

Ha sido el único que ha caminado como cuando va por un bar,por la universidad, o por su casa. Y no le importaba que la banda no pegara con el atuendo, pues seguramente él la llevaba sobre su humilde percha , y no sobre una imagen de querer y no poder, o de quita y pon tras aparentar durante unas horas ser el más o el más guapo por fuera. Por dentro, aseguro que ganaba él. No importa que sea un acto oficial para que vista para la ocasión de manera formal, porque él va vestido de sencillez y valores que muchos vestidos con trajes de cientos de euros desearía tener.
No le importa la etiqueta, ya digo, ni mucho menos ponerla a su manera de ser ni a la de los demás.
El muchacho es casi psicólogo y no ha tenido que andar con mocasines, ni zapatillas caras para notar el mérito de formarse como persona.
Por ahí escuché que "vaya imagen daría en una consulta, yo me volvería pa mi casa si mi psicólogo tiene esos churros". Pues a la persona que lo dijo le diré que seguramente una persona a la que ni si quiera conozco, le daría una bofetada de humildad cuando le cuenten que en sueños van desnudos y que no tienen cómo taparse. Y no me extrañaría que el muchacho le dijera que la apariencia es una ropa que ensucia a la persona y que no transpira, y que pudre. Por eso, al soñar, en el único momento en que no nos dejamos ver ante la sociedad directamente,nuestra mente nos quiere hacer ver que el atuendo no hizo al monje, y que para estar guapo por fuera, hay que serlo por dentro para que desprenda olor a amor propio (en cantidades sanas).

Diré que, honestamente, este muchacho y muchos hippies más comparten la admirable característica de querer por como se es por dentro y valorar aspectos humanos antes que valores maniquí o clasistas.

Finalmente, añadir que no hace falta tampoco etiquetarse como hippie, ni pija, ni punk, ni rapero, ni gótico, ni metal, ni emo,ni moderno, para tener la habilidad de combinar razón, corazón. Al fin y al cabo todos somos personas y debemos saber que las etiquetas orientan un valor metálico, pero el corte del vestido viste con valores humanos.

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