martes, 16 de febrero de 2010

docencia


Si un doctor, un abogado, o un dentista tuviera a treinta personas o más en su oficina a la vez (todas con diferentes necesidades, y algunas que no quieren estar allí, y el doctor/abogado/dentista sin ayuda, tuviera que tratarlos a todos con excelencia profesional durante diez meses, entonces podrían tener una idea de lo que es el trabajo del docente en el aula.
(Kathy A. Megyeri. "Chocolate Caliente para el Alma de los Maestros")

Y es verdad que el trabajo de un profesor/maestro es duro, y que pocas personas de las miles que opositan al año para docentes son vocacionales. Todavía no sé lo que es dar clase a 30 niños/adolescentes (solo tuve una experiencia de un año con niños de 3-5 y 6-8 y, aunque me encantó, me di cuenta de que todos no servimos por mucho que nos gusten los niños), y...no me da miedo, pero impone.
Además, la educación en muchos sitios se hace difícil porque al hecho de que los niños no quieren aprender (yo tampoco quería), cada vez imponen más sus propias leyes, y más leyes tiene el profesor en su contra. Para nada justifico un coscorrrón en clase, pero tampoco tolero que todo el trabajo del docente sea merecedor de coscorrones por parte de todos porque no ven ni valoran lo difícil que es enseñar a veces.
Evidentemente, habrá quien me contradiga con razón y tengo muchos amigos que trabajan de esto y me pueden enseñar a mí y contradecirme.

Yo solo quiero que la gente que trabaja enseñando cualquier cosa, en un cole, en un equipo, en algún trabajo...que sepan que no es fácil y que para enseñar, primero hay que aprender a saber cómo hacerlo, y que a veces no está pagado.

Por último, decir que ser profesor/maestro/monitor no es ser juez y castigador, y que quien lo es, me parece que necesita que fuera del entorno educativo, necesita una gran dosis de seguridad en sí mismo para no pagar con quien no se debe la falta de criterio y mil cosas más.

Tengo mucho que decir en esta entrada, pero me limito a lo poco que sé y he vivido, que es escaso y diferente, pues...no creo que 6 años de clases particulares a unos 15 niños me valgan para escribir mucho. Pero mi experiencia como alumna y "profesorilla" creo que me da para algo.


*En la foto; no están todas las funciones