domingo, 8 de noviembre de 2009

sonrisas de por medio


Esos días en los que te cuelgas la sonrisita desde temprano son únicos.

Empiezas flojito y, conforme pasan las horas, se amplian hasta que llega un punto en el que se resiente la barriga de tantas sonrisas. Le sigue un ritmo de altibajos. Puede que, conforme se va acabando el día, disminuyan en forma pero no en contenido. Si por alguna razón disminuyeran en los dos a la vez, no hay que preocuparse. Están ahí de reserva para recurrir a ellas.

Como en la vida, las sonrisas suben y bajan, llenan y hasta pueden hacer que rebosen. Sin embargo, no voy a dejar aparte las que he esbozado ayer y hoy, porque me han supuesto mucho porque se ha currado en ellas mucho.
Además, han rebotado de canto en otras caras. Y esa sensación la voy a guardar en aquel sitio donde es difícil ubicar los buenos sentimientos, ¡vete a saber!
Termino mi día con la boca cerrada [que no menos significante].

Caerse está permitido. Levantarse es obligatorio [como dirían algunos].

*Esto es solo el principio.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vamos a sonreír, que nos vemos en unos días. GUAPA :)

Anónimo dijo...

Vamos a sonreír, que nos vemos en unos días. GUAPA :)

Jipicayei dijo...

Amén.